Un problema que ni en el peor de sus sueños imaginó está viviendo el gasfíter gringo Mark Oberholze, quien en octubre de 2013 vendió su camioneta Toyota y ella apareció un año después con el logo y los teléfonos de contacto de su empresa -"Mark-1 Plumbing"- en manos de terroristas de ISIS.
Por eso el trabajador hasta recibió ataques y amenazas de muerte, y fue visitado por el FBI y el Departamento de Seguridad estadounidense.
Mark Oberholze demandó por un millón de dólares a la compraventa automotriz a la que le trapasó el vehículo, porque le juraron que iban a sacar esos datos, y al no hacerlo ello le ha significado pérdidas financieras porque debió cerrar de manera temporal y además ha sufrido daños a su reputación.
En noviembre de 2013, la camioneta fue rematada y enviada desde Houston a Turquía, y luego de ello se le perdió la pista hasta que apareció en un twitter de un colaborador del Long War Journal.
Mark Oberholze quiere que las amenazas de muerte y que sus teléfonos dejen de sonar.
"Tenemos una secretaria que está muerta de miedo por lo que le dicen por teléfono. Todos tenemos familias. No queremos ningún problema", dijo el afectado (abajo).
