Con el paso de las horas y después de hacer tutito, los gobiernos del orbe han reaccionado y celebrado la muerte del terrorista Osama Bin Laden, a manos del ejército gringo.
Es "un golpe al terrorismo internacional", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, quien agregó "ninguna muerte puede ser celebrada". De todas formas, aseguró que Bin Laden "era una persona que tenía cuentas pendientes con la justicia y en definitiva con el mundo".
El gobierno brasileño también tuvo palabras para el fallecimiento y desearon que esto "no desencadene más violencia" en el mundo. El líder de la organización terrorista Al Qaeda "contribuía directa e indirectamente a estigmatizar al mundo islámico", aseguró la testa de las Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota.
El que no quedó nada de contento fue el vicepresidente de Venezuela, Elías Jadua, quien criticó la celebración de una muerte. "No deja de sorprender cómo se ha naturalizado el crimen y el asesinato, y cómo se celebra. Antes los gobiernos imperiales aunque sea guardaban la forma", dijo Jaua al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).
Por otro lado, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, llamó a "perseverar" en la lucha mundial contra el terrorismo tras felicitar a su compipa Barack Obama. "Es un importante y contundente golpe al terrorismo global", y "demuestra, una vez más, que los terroristas, tarde o temprano, siempre caen", aseguró.
Mientras tanto, el gobierno mexicano afirmó que la muerte del líder terrorista es "un hecho de gran trascendencia en los esfuerzos para liberar al mundo del flagelo del terrorismo" que amenaza a la paz y la seguridad internacionales.