Gordito casi mata en el ring a su polola

El cabro Greg Casarona, británico, de 31 pepas, de 150 kilates y absolutamente cero kilómetros en el ring de cuatro perillas, se bañó, se afeitó y hasta gastó unas cuantas monedas en comprarse un regio perfumito.

Es que su polola, Jen, de la misma edad, pero de 50 kilitos, le había dado la pasada para debutar en la liga premier del amor y salir de perdedores y de caporal para echar comisión con el volantín sin hilo.

Cena a la luz de la velitas, bailongo y frases dulces terminaron con los dos en cueros y tirando las manos como si se fuera a acabar el mundo.

Llegó el gran momento, después de las fintas, amagues y jugadas de pizarrón, Greg quedó solito frente al arco. Sí, solo, con la arquera tirada en el piso y era cosa de enchufar y abrazarse.

Pero el envión, la carrera del cabro fue a toda potencia, tanta, que en el "una y otra vez" del galope, onda "La Noche", hizo que la cabecita de su amada Jen atravesara el panel que hacía de cabecera del ring de cuatro perillas.

Ahí quedó la "señora del zorro". "Pensé que estaba muerta", dijo el muchacho después de que la cabeza de ella atravesara una pared.

La cabra quedó pa'l gato, justo cuando estaba a punto de gritar "viva Chile, Gran Bretaña y la Unión Europea". Greg llamó al toque a emergencias, ya que su amada Jen no pestañeaba ni soltaba el resuello.

Cuando llegaron al lugar los paramédicos, le dieron la asistencia a la cabra, quien resultó con una contusión en la cabeza. Cumpliendo con su pega, los polis se pusieron en la dura con Greg y le preguntaron a Jen si iba a acusar a su impetuoso amante de 150 kilos. Pero ella dijo no y una vez que se fueron todos de la pieza, ella se amarró una almohada a la cabecita y le pidió repetición instantánea de la jugada inconclusa.

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