Un ciudadano iraní decidió castigarse a sí mismo cuando tenía 20 años y se cortó solito el agua. Los mal pensados creerán que el hombre nunca más se pegó un cacheteo y, a decir verdad, muy probable porque el olor a alcantarilla, rodía, muela destapada y otros no se lo aguanta ni su santa madre.
Lo que pasa es que hace 60 años el tata Amoo Hadji tomó la sucia determinación de no bañarse nunca más y aún vive para entregar pestilencia a todo aquel que lo rodea.
Durante estos años el hombre nunca ha sufrido enfermedades ligadas al dribleo que le hace al agua y el jabón. Sin embargo, ha desarrollado un ejército de piojos, una armada de pulgas y una barrera protectora de piñén que cubre su piel de los rayos UV.
Además, agarró la maña de fumar estiércol en un tubo de acero para relajar la vena.
La imágenes del hombre han generado diversos comentarios en las redes sociales, pues hay quienes apoyan y otros que cuestionan la decisión del hombre que prefirió vivir el resto de sus días con olor a rodilla.
