Un soldado británico de la Guardia Real del Palacio de Buckingham, en Londres, sapeó ayer que varios de sus colegas de armas lo desnudaron, lo golpearon con látigos y luego le echaron la corta encima, como si fuera un guáter con sombrero. Los vejámenes que habría sufrido Anthony Curtis (20) se debieron al color más tostado de su piel, por lo que el uniformado era llamado "paki sucio", un término racista contra los paquistaníes.
Según Curtis, sus camaradas, encargados de velar por la seguridad de la reina Isabel II de Inglaterra, lo torturaron y golpearon varias veces durante un período de tres años y le decían "si vas a Afganistán te mataremos a balazos y te dejaremos allí porque eres un paki sucio". El cabro jura que quedó pal' gato.
Luego de las acusaciones, la Armada inició una investigación para cachar si existieron abusos racistas de los flemáticos y siempre puntuales ingleses.