La enfermera ucraniana Oksana Balinskaya (26) le tomó la presión y vacunó al finado libio Muammar al Gaddafi por dos años, antes de volver a su país natal a seguir con su profesión.
Oksana, que al igual que varias colegas debía cumplir el requisito de tener grandes, turgentes y jugosas callaguaguas, recordó con emotivas palabras a su "Papi", que era como le decían.
"Me siento muy apenada por su muerte. Tal como él dijo, se quedó en Libia hasta el final. Él nunca escapó. Es un héroe valiente", señaló a un sitio web de la cadena de noticias MSNBC.
"Todo este tiempo esperaba que sobreviviera. Con mis amigas sólo tenemos sentimientos cálidos hacia él, No puedo esperar a que termine la guerra para volver", remató.
Por otro lado, los exámenes tanatológicos al cuerpo de Muammar determinaron que falleció producto de un balazo que ingresó en una sien y le salió por la frente. Otro disparo en el estómago, que le causó un profuso sangramiento, ayudó a mandarlo al otro mundo.
El examen contradice la versión de los rebeldes, que aseguran que murió desangrado camino al hospital.
El cuerpo del barbón ahora yace en el frigorífico de un centro comercial de Misrata, donde se mantienen los alimentos de varios restaurantes, en custodia de los rebeldes. La Corte Penal Internacional revisará su muerte antes de ser enterrado en una ceremonia privada.
