Mientras las tropas israelíes consolidaron su control en partes de la franja de Gaza, ocupando edificios y atacando viviendas, mezquitas y túneles guerrilleros, una procesión de líderes europeos se dirigía a la región para mediar una tregua.
El número de muertos continúa aumentando. Funcionarios de las Naciones Unidas y Gaza han expresado que más de 550 palestinos han muerto y 2.500 resultaron heridos desde el inicio de la ofensiva israelí hace 10 días, con fuertes bombardeos y luego incursiones por tierra, siendo civiles al menos 200 de las víctimas.
Entretanto, los milicianos de Hamas seguían lanzando cohetes contra el sur de Israel. Por lo menos 10 niños palestinos murieron, elevando la cifra de muertos por la fase terrestre del ataque a más de 80. La muerte de civiles ha acrecentado la indignación a nivel mundial.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien intentó de manera infructuosa un cese del fuego de dos días, antes de que comenzara la invasión terrestre de Israel, planeaba reunirse con el primer ministro Ehud Olmert, y con el presidente palestino Mahmud Abbas, quien perdió el control de Gaza ante Hamas, en una humillante derrota en junio de 2007.
Aunque Sarkozy culpó a Hamas por causar la aflicción entre los palestinos al lanzar cohetes contra Israel, y de provocar la represalia del estado judío, también condenó la invasión, reflejando la opinión pública mundial.
Por otro litro, una delegación de la Unión Europea que incluye al alto representante para la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea, el español Javier Solana, piensa reunirse con la canciller israelí Tzipi Livni.
