La historia del hombre que mató a 26 personas en una iglesia de Texas

Sutherland Springs es un pueblo chico, con apenas 360 habitantes según un censo de 2000, de esos que pasas en auto en un abrir y cerrar de ojos. Perdido en la carretera campestre 539, en el condado de Wilson, en Texas.

Un lugar que un productor hollywoodense hubiera seleccionado para un thriller, pero que en la realidad lo eligió ayer un loco para masacrar a 26 personas y dejar 20 heridos en una iglesia.

El ataque ocurrió a las 11.30 hora local, cuando Devin Patrick Kelley, un ex militar de la Fuerza Aérea, de 26 años, ingresó con un fusil de asalto semiatumático AR-15, su "bad bitch" como lo llamó en Facebook, donde lo mostró días antes.

Entró como la muerte, vistiendo ropa negra y chaleco antibalas, a la nave central de la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs y abrió fuego.

No le importó que hubiera niños, ancianos, mujeres y hombres entregados a su fe, entonando loas al proveedor de lo bueno y malo de su destino.

El tipo disparó y disparó. "Escuché como veinte tiros, en sucesión, como un arma semiautomática", dijo el empleado de una gasolinera a 30 metros del lugar de la masacre.

"Esto ocurre en las grandes ciudades, pero no aquí, en un pueblo pequeño", dijo otro testigo.

Era cristiano

Apenas se sintieron los disparos acudieron vecinos armados, por lo que el autor del tiroteo huyó en un vehículo que fue seguido por los furiosos habitantes del pueblo.

"El sujeto murió, después de una breve persecución, en New Berlin, en el condado de Guadalupe", contó el vocero policial Robert Murphy, y se investiga si lo mataron los perseguidores o si cayó por su propia mano.

Se desconocen las razones que tuvo Kelley para la masacre, sólo se sabe que es cristiano, sirvió de 2009 a 2013 en la Fuerza Aérea, enfrentó la baja tras una corte marcial, que entró a una escuela bíblica y que viajó 46 kilómetros desde su ciudad, New Braunfels, para matar personas de 3 a 75 años en una iglesia.

El tiroteo ocurrió un mes después de que un hombre armado disparara desde una habitación de un hotel de Las Vegas, Nevada, matando a 58 personas e hiriendo a centenares de personas que asistían a un concierto al aire libre.

El incidente ocurrió además dos años después de que el supremacista blanco Dylann Roof entrara a una iglesia negra de Charleston, Carolina del Sur, y matara a tiros a nueve personas.

La semana pasada un ciudadano uzbeko arrolló peatones y ciclistas en Manhattan con una camioneta, con un saldo de ocho muertos, cinco de ellos argentinos.

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