Hombre vivió dos meses junto al cadáver de su esposa

La crisis económica mundial, a pesar que las grandes autoridades dicen que es una gran oportunidad para el futuro y que ya todo pasará,  cobra sus primeras víctimas.

Son personas comunes y corrientes que no tienen ahorros y que ante la premura  y la necesidad, ven todo negro y les asoman sus más bajos instintos, lo que los hace capaces de cualquier cosa.

Fue el caso de un desempleado alemán de 58 años que mató a su esposa enferma y mantuvo dos meses su cadáver escondido en una casa de la localidad de Hildesheim.

Todo esto lo hizo para seguir cobrando la jubilación de 400 euros que recibía su esposa mes a mes, lo que sumaba al subsidio de 900 euros que le daba el gobierno.

Ambos ancianos vivían con poco más de un millón de pesos, lo que para la realidad alemana no es demasiado.

El hombre entró en una profunda depresión cuando lo echaron de su trabajo. La mala suerte se hizo presente en su vida y sólo acumuló deudas.

Por más que buscaba empleo no lo encontraba. Semanalmente enviaba cinco curriculum pero de vuelta sólo recibía negativas.

Trató de suicidarse dos veces porque no le veía sentido a la vida y sabía que en pocos meses más perdería el subsidio de empleo y el hombre sólo recibiría una mínima pensión estatal. Entró en pánico, agarró un cuchillo y se acercó hasta su esposa para apuñalarla con ensañamiento.

Luego tomó una almohada y la puso en su cara hasta asfixiarla.

El hombre se aterró, no por el horrible femicidio, sino porque se dio cuenta que se quedaría sin pensión. Por eso escondió el cadáver de su esposa y por dos meses siguió recibiendo el cheque hasta que la policía descubrió todo y lo detuvo.

La Audiencia Provincial de Hildesheim lo condenó a 12 años de presidio. Sus deudas y su condición de desempleo atenuaron la pena.

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