Treinta y dos personas resultaron muertas cuando un terrorista suicida detonó un cinturón con explosivos en medio de la multitud tras un partido de fútbol en el estadio Al-Shuhadaa, en Irak.
El partido había concluido y “estaban entregando el trofeo a los ganadores cuando el atacante se hizo explotar en medio de la multitud”, dijo a la AFP un capitán de policía del poblado de Al Asriya, cerca de la ciudad de Iskandariya, la cual se encuentra a unos 40 kilómetros de la ciudad de Bagdad.
Según testigos en el lugar, “el suicida se abrió paso entre la multitud para acercarse al centro y se hizo explotar en el momento en que el alcalde estaba dando los premios a los jugadores”.
El edil, Ahmed Chaker, fue uno de los que murió en el ataque, según informó una fuente del hospital de Iskandariya.
El atentado dejó además 84 personas heridas, y fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) mediante un comunicado en el que identificó al autor como Saifulá al Ansari.
Fotos publicadas en las redes sociales muestran los arcos destrozados y manchados de sangre.
