Un millón de dólares pretende conseguir el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) por el cuerpo de James Foley, el primer occidental que fue decapitado por el grupo terrorista que busca establecer un estado islámico.
Decididos a recaudar fondos apelando al dolor de las familias de sus víctimas, los cabecillas de la agrupación idearon el método de ofrecer los cadáveres a cambio de dinero y, para asegurar que se trata de quien ellos dicen, están dispuestos a mandar una prueba de ADN a Turquía... pero solo después de recibir el dinero.
En todo caso, más allá del dolor y la impotencia que puedan sentir los familiares de las víctimas decapitadas por los terroristas, es poco probable que se concrete la "venta" del cuerpo de Foley y de cualquier otro estadounidense o británico, pues los gobiernos de ambos países han rechazado cualquier opción de negociar el rescate de rehenes, por lo que ya se descarta que lo hagan por personas que ya fueron asesinadas.