El presidente de la FIFA, Giani Infantino, expresó hoy su esperanza de que los doce niños futbolistas tailandeses atrapados en una cueva con su monitor sean rescatados sanos y salvos.
Todo bien, hasta que les hizo una desafortunada propuesta: ir a ver la final del Mundial de fútbol, que se jugará en Moscú el 15 de julio. Tal parecía ser que desconocía que el complejo proceso de rescate llevará mucho más tiempo.
"Si, como esperamos, pueden reunirse con sus familias en los próximos días, y su salud les permite viajar, estaremos encantados de invitarles a la final del Mundial de fútbol en Moscú como nuestros invitados", señaló Infantino, en una carta enviada al presidente de la Asociación de Fútbol de Tailandia, Pol Gen Somyot Poompanmoung.
El jefe de la FIFA dijo que espera que sus palabras de apoyo infundan a los niños "algo de calma y coraje" y agregó: "espero sinceramente que puedan sumarse a nosotros en la final, que sin duda será un momento maravilloso de celebración".
Uno de los buzos murió
Hasta el momento, los equipos de salvamento han conseguido hacerles llegar a los niños insumos y alimentos para varios meses, ante las dificultades para poderlos sacar al exterior.
Lamentablemente, las autoridades de Tailandia confirmaron hoy la muerte de un buzo de los equipos de salvamento, que pereció al quedarse sin oxígeno mientras regresaba buceando de la cavidad donde se encuentran los niños.
La cantidad de oxígeno en la gruta donde están los niños ha descendido hasta el 50 por ciento, según las autoridades, que se han marcado como objetivo ampliar la reservas.
Los equipos de rescate analizan dos opciones para la salida de los niños: bucear por los pasadizos inundados o encontrar un hueco en la montaña por donde sacarlos con la ayuda de un helicóptero.
Todos han comenzado un entrenamiento intensivo para aprender a bucear, una opción de elevado riesgo por la nula visibilidad y los angostos pasadizos que tendrían que superar.