Es el matri más mediático de la historia y los invitados estaban obligados a ponerse sus mejores trajes y a gastar lo que fuera necesario por sobresalir.
La abuelita del Príncipe Guille, la Reina Isabel II de Inglaterra, apareció enfundada en un amarillo real y con así una sonrisa. Como complemento, la viejita humilde lució un broche de diamantes.
El padrino del novio, su hermano Harry, se chantó el uniforme del regimiento de caballería Blues and Royals, con las medallas del Jubileo de Oro y la Campaña de Afganistán, donde combatió. ¡Qué te creís, posoye!
La madrastra del chiquillo, la duquesa de Cornualles, Camila Parker Bowles, se cacharpeó con un vestido color champán, posom, hecho por la misma diseñadora que le confeccionó el vestido con el que pisó el palito con el Príncipe Carlos. La parejita llegó a la Abadía de Westminster ovacionada por los barreros toffees.
Uno de los invitados más ilustres, Elton John, también se llevó los gritos y aplausos de los british, que se pelaron las gargantas por él y su pierno peludo, David Furnish. El cantante llegó ataviado con un traje negro y una corbata morada, sobre un chalequito de color crema.
Entre el grueso de invitadas predominaron los enormes tocados florales ¡y hasta con plumas! y los colores llamativos de sus pilchas, como morados, cremas, verdes e incluso azules.
David y Victoria Beckham tuvieron que hacer cola para entrar. La ex Spice Girl se puso un vestido gris oscuro tipo poncho y unos tatos con al menos 15 centímetros de taco. ¡Se las mandó! El pelotero, en tanto, anda con un abrigo largo, que le llega hasta las rodillas en la parte trasera.
Otro que llegó con sus ropas de combate es Felipe de España, que apareció barbón y escoltado por su esposa y su mami. La flacucha Letizia se cacharpeó con un vestido rosadito, que le tapa hasta el cogote.
