Se trata del tercer lugar más sagrado para el islam y el primero para el judaísmo, y está ubicado en Jerusalén.
La polémica visita del presidente chileno, Sebastián Piñera, a la Explanada de las Mezquitas acompañado de funcionarios palestinos desató hoy un cruce de reprimendas y desmentidos entre Israel y Chile.
La oficina del presidente israelí, Reuvén Rivlin, aseguró a Efe que Piñera se disculpó por este acto en el encuentro que mantuvieron hoy ambos mandatarios, versión que la delegación chilena "desmiente categóricamente".
"Confirmamos el hecho de que hubo una disculpa", recalcaron representantes de la presidencia israelí al conocer la reacción chilena, que negó que se hubiera dado "un diálogo de esas características".
La polémica surgió cuando esta mañana el Ministerio de Asuntos Exteriores reprendió al embajador de Chile en Israel por la visita que realizó este martes Piñera al recinto de la Explanada de las Mezquitas, en el este ocupado de Jerusalén, acompañado de altos cargos palestinos.
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Acto grave
El titular de Exteriores en funciones israelí, Israel Katz, consideró "grave" este acto, que describió como una "infracción de la soberanía israelí en el Monte del Templo", la denominación judía para este complejo.
"Debemos distinguir entre la libertad absoluta de culto" y "el mantenimiento y prevención del daño a nuestra soberanía sobre el Monte del Templo", añadió el ministerio israelí.
La comitiva que acompaña a Piñera había explicado, tras la reprimenda, que la visita era "privada" y aseguró que "formalmente" solo participó la delegación chilena.
Piñera, de viaje oficial en Israel y los territorios palestinos, recorrió este martes la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde visitó el Muro de las Lamentaciones, el lugar de culto judío más sagrado, que se encuentra a los pies del recinto de la Explanada de las Mezquitas, donde está Al Aqsa.
Este complejo es el tercer lugar más sagrado para el islam y el primero para el judaísmo y está ubicado en la ciudad amurallada, en la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexionada por Israel de forma unilateral y donde tiene jurisdicción.
Los mandatarios mundiales suelen evitar incluir esta zona en su agenda oficial, y solo la visitan de forma privada sin acompañamiento de funcionarios, por sus implicaciones políticas.