La ONU levantó la voz y aseguró que: “las fuerzas de defensa de Israel están ignorando completamente todas las advertencias de lo que esto puede significar para los civiles”.
Revuelo causo durante la noche de este lunes la ofensiva que el ejército de Israel en el cruce fronterizo de Rafah, ubicado entre Gaza y Egipto.
La acción militar - que involucró el uso de tanques - generó el cierre del cruce, impidiendo no solo el paso de personas, sino que también de la limitada ayuda humanitaria que entraba a Gaza principalmente desde el cruce.
Los soldados israelíes además bajaron las banderas palestinas y en su lugar situaron la bandera de Israel.
Lo anterior es sumamente relevante, ya que además en Rafah se concentra el área de evacuación de civiles y se ubican centros de ayuda humanitaria y tres recintos médicos.
Esta información fue confirmada por la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas, desde donde confirmaron que “las dos principales arterias para hacer entrar ayuda a Gaza están selladas”.
Operaciones humanitarias en jaque
La preocupación se extiende debido al cierre que previamente se concretó sobre el cruce de Kerem Shalom, ubicado entre Gaza e Israel, desde donde ya no se entrega ayuda humanitaria. Otro cruce, llamado Erez, solo está abierto para volúmenes reducido de ayuda humanitaria.
“Las fuerzas de defensa de Israel están ignorando completamente todas las advertencias de lo que esto puede significar para los civiles y para las operaciones humanitarias en toda la Franja de Gaza”, denunció la oficina de la ONU.
También indican que los civiles desplazados a Rafah reaccionaron con pánico tras la acción militar israelí, generando que una masa no menor echase pie atrás y se reenfilara hacia las zonas en el norte de Gaza que concentran los ataques.
En ese escenario, el personal de la ONU por ahora no puede acercarse a los pasos fronterizos para prestar ayuda en Gaza, generando una limitación que ha puesto en jaque los insumos básicos.
De hecho, la ayuda que sí ha podido ingresar ha sido distribuida inmediatamente, impidiendo que el abastecimiento sea más amplio y permita que existan reservas, lo que es de especial preocupación para los servicios básicos que permiten el funcionamiento de los generadores eléctricos para áreas hospitalarias y de comunicaciones.