Las siniestras intenciones del joven que contrajo VIH de forma voluntaria

Dicen que por la boca muere el pez. O en el caso de las nuevas generaciones: por su celular. Así ocurrió con Stephen Edward Koch, un joven de 25 años que acabó tras las rejas por contraer VIH de forma voluntaria.

Edward sabía que era atractivo y aprovechaba esta ventaja para seducir a las que serían sus víctimas. ¿Su objetivo? Contagiar personas y así arruinarles la vida.

Aunque en un principio fue arrestado por tenencia de drogas, sus verdaderas intenciones empezaron a ser conocidas. El primero fue que distribuía pornografía infantil.

Una lista de delitos que se fue volviendo más y más oscura hasta que se destapó la última bomba cuando revisaron su celular y encontraron una serie de mensajes en donde revelaba sus macabras intenciones.

50 años de prisión

Según reveló el fiscal Stuart Cearley, el sujeto pretendía una cita doble y no decirles a los involucrados sobre su condición.

"No puedo sacar de mi cabeza esto. ¿Lo he entendido bien? El señor Koch contrajo VIH intencionadamente para infectar a otros?", le preguntó a Cearley el juez Robin Green, estupefacto, y la respuesta fue afirmativa.

Tras ser confrontado por el juez del caso, Stephen Edward Koch admitió su deseo de contagiar a otras personas. La decisión de los jueces fue rotunda: una condena de 50 años de prisión en una cárcel de Arkansas.

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