El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el dictador norcoreano Kim Jong-un, arribaron hoy a Singapur para sostener una histórica cumbre entre los líderes de dos naciones que que viven en constante crisis.
El encuentro podría sentar las bases para un acuerdo nuclear entre ambas países.
Kim llegó a Singapur en medio de una fuerte custodia y se alojará en un suite de más de 300 metros cuadrados, que cuesta 8.000 dólares la noche.
El lujoso alojamiento en el hotel de cinco estrellas Saint Regis posee un hidromasaje y gimnasio, un piano de cola y lámparas de cristal de Bohemia.
Las paredes están repletas de preciadas obras de arte, entre ellas, una pintura de Marc Chagall. Aún no está claro quién pagará la salada cuenta de la suit de Kim.
El premier de Singapur, Lee Hsien Loong, anunció que los gastos de la cumbre, que podrían alcanzar la cifra récord de 20 millones de dólares, estarán a cargo de la ciudad-estado pero no precisó si ésta incluye también el alojamiento de Kim y Trump.
Donald Trump, por us parte, viajó a la Base Aérea de Paya Lebar en Singapur a bordo del avión presidencial Air Force One, buscando sentar las bases de un acuerdo nuclear con uno de los enemigos más duros de Estados Unidos, justo después de su encuentro en Canadá con los más cercanos aliados de Washington que tensaron aún más las relaciones comerciales.
Tras un viaje de 20 horas desde Canadá, Trump fue recibido en la base aérea por el ministro de Relaciones Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan.
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Consultado por un periodista sobre cómo se siente sobre la cumbre, Trump dijo: "Muy bien".
La llegada de Trump se produjo solo unas horas después de que Kim, quien vestía su tradicional traje maoísta oscuro y con su distintivo corte de pelo, llegara a la ultramoderna ciudad estado en su viaje más largo al extranjero como jefe de Estado.
Ambos mandatarios se reunirán el martes en la isla turística de Sentosa para su cumbre, las primeras conversaciones entre líderes de Estados Unidos y Corea del Norte y la culminación de muchos desencuentros diplomáticos.
Tal reunión era impensable hace unos meses cuando Trump y Kim intercambiaban insultos y amenazas que generaron temores sobre una guerra en la región.