"Irene" se alejó hoy de Estados Unidos degradado a tormenta tras dejar más de una veintena de muertos y unos daños económicos que aún son evaluados por las autoridades y que inicialmente se cifran entre 1.000 y 4.000 millones de dólares.
"Llevará tiempo recuperarse de una tormenta de esta magnitud. Los efectos se sienten todavía en buena parte del país", reconoció hoy el presidente estadounidense, Barack Obama, en una comparecencia ante los medios en la Casa Blanca.
Obama aseguró que la agencia federal encargada de la respuesta a los desastres naturales (FEMA) aportará toda la ayuda necesaria a los afectados por "Irene".
La cifra de muertos fluctúa entre 21 y 27, según los distintos medios.
En nueve estados del país, Connecticut, Florida, Maryland, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Virginia, Pensilvania y Vermont, ha habido fallecimientos a causa de "Irene", la mayoría por caídas de árboles a consecuencia de los fuertes vientos y por las inundaciones, de acuerdo con las autoridades.
En Vermont, en la frontera con Canadá, todavía hoy se han producido algunas inundaciones y una mujer joven que fue arrastrada por un río en la localidad de Wilmington ha sido una de las últimas víctimas mortales.
Carolina del Norte, donde "Irene" tocó tierra el sábado como un huracán de categoría 1 en la escala de Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, ha sido el estado más golpeado, con al menos seis muertos.
A medida que iba avanzando por la costa este "Irene" se fue debilitando, pasó como tormenta tropical por Nueva York y anoche perdió sus características tropicales en la frontera con Canadá, según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU., con sede en Miami. EFE