Una de las hijas del ex presidente de Perú leyó una carta dejada por su padre días antes de suicidarse. Insistió en su inocencia ante las acusaciones judiciales en su contra.
La familia de Alan García leyó ayer una desgarradora carta escrita por el ex presidente peruano a sus adherentes y amigos, días antes de quitarse la vida de un disparo, hecho que ocurrió el miércoles pasado.
La misiva fue leída por una de las hijas del ex gobernante, Luciana García, al finalizar la ceremonia donde se velaron sus restos de su padre, en la Casa del Pueblo, sede del Partido Aprista Peruano en Lima.
García aseguró que "nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán nada más que sus especulaciones y frustraciones".
Recalcó que "no hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza, la historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista peruano, por eso repetí: otros se venden, yo no".
"He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos. Por eso, le dejo a mis hijos la dignidad y decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que se me impuso", cerró.
Mueren ocho adherentes de García
Al menos ocho fallecidos dejó un accidente de un bus que transportaba una delegación de militantes apristas procedentes de Piura con destino a Lima, para asistir al sepelio de García.
El hecho ocurrió en la madrugada, a a la altura del kilómetro 154 de la Panamericana Norte, cuando el bus chocó contra un muro de concreto.