Y quedó la patá. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea le pusieron un parelé al derecho internacional de asilo y anunciaron un plan con el que pretenden mandar a toditos los refugiados a Turquía.
Durante la madrugada de hoy, los estadistas alcanzaron un acuerdo con el primer ministro turco, que supone el pago de 3 mil millones de euros para ayudar a Ankara a atender a los casi 3 millones de refugiados que actualmente se encuentran en las Uropas.
Pese a que la medida fue presentada como parte de un plan para terminar con las mafias y los ingresos ilegales que ponen en riesgo la vida de cientos de personas, la media fue duramente criticada por la prensa y la barra europea, quienes la calificaron como poco humanitaria y vergonzosa.