Las hizo de macho por 43 años para mantener a su hija

Caminados ya 15 años del nuevo siglo, del milenio que todos esperábamos con anhelos de que las cosas cambien para mejor en el mundo, el caso de la egipcia Sisa Abu Daooh es para llorar y también para sacarse el sombrero frente a ella.

Todo comenzó -según la cadena de noticias Al Arabiya-  hace 43 años, cuando la mujer residente en la ciudad de Lúxor (la de los faraones, nada que ver con la disco), quedó viuda, con una hijita en camino y sin que nadie le ofreciera una mano.

Claro, lo primero que pensó fue en darle al laburo, pero Sisa cachó que la cosa no iba a ser tan fácil, ya que, según Al Arabiya, Egipto es el país islámico en el que se mira muy mal a las féminas que trabajan. Entonces se vistió de hombre y apechugó por su pequeña.

Así caracterizada de macho, la mujer cargó ladrillos y cemento a lo largo de 43 años. Trabajaba en la construcción de edificios y limpiaba zapatos, todo en forma ilegal. "Para protegerme de los hombres y sus miradas de condena y no ser blanco debido a las tradiciones, he decidido ser un hombre... vestirme con su ropa y trabajar en otros pueblos, donde nadie me conocía", confesó ahora, liberada de su mentira, a los 64 años.

Menos mal que ahora, conocida su historia, la Dirección de Solidaridad Social de Lúxor, en honor a los años que se descueró el espinazo trabajando para mantener a su hija y a sus nietos, le otorgó el premio de "Mujer Sostén de la Familia".

Menos mal.

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