El miércoles renunció a su cargo de canciller libio Mussa Kussa, considerado uno de los más cercanos al líder Muammar Al Gaddafi.
Pese a desmarcarse del dictador, varios estados europeos miran con malos ojos la llegada de Kussa y lo primero que hicieron a su llegada fue pedir interrogatorios.
El primero en la fila fue Inglaterra, país al que llegó el canciller. El servicio secreto british esperaba obtener datos sobre la situación interna de Libia.
El segundo país que pidió interrogar al desertor es Escocia, debido al atentado ocurrido en el avión Pan American Airlines, el 21 de diciembre de 1988, y en donde murieron 259 pasajeros y de 11 personas que estaban en tierra, en la ciudad de Lockerbie. El canciller británico William Hague confirmó que Kussa no tiene inmunidad diplomática.
Mientras, en Libia el vocero de gobierno Ibrahim Mussa contó que su colega había pedido permiso para hacerse exámenes en Túnez.
En el país del norte de África los rebeldes le ganan terreno a los Gaddafistas, que retrocedieron 40 kilómetros al oeste de Brega, según EFE.
Trascendió que el presi gringo Barack Obama autorizó a la CIA a entregar armas a los rebeldes. Durante la tarde Alí Abdessalam Treki, otro leal a Gaddafi designado para ser representante de Libia ante las Naciones Unidas, aseguró que no aceptará más cargos de su país.