Las inusuales lluvias que azotan a Lima, debido al fenómeno climático El Niño, provocó aludes de barro y desbordes en ríos de la capital peruana, así como en otros de la costa del Pacífico. El paso del fenómeno natural ya arroja 62 víctimas fatales, 11 desaparecidos, más de 500.000 afectados y 5% de carreteras nacionales paralizadas.
El colapso de los cinco ríos limeños muestran los efectos del fenómeno climático que, hasta el momento, los ciudadanos peruanos sólo conocían por noticias provenientes de zonas costeras como Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash.
El exceso de lluvias incluso provocó que los siete presos más peligrosos del país fueran trasladados temporalmente hasta otra prisión como medida de prevención ante un posible desborde del río Rímac, en cuyas riberas se encuentra la cárcel militar donde cumplen sus condenas.
"Nadie esperaba esto", dijo el jueves el presidente perucho Pedro Pablo Kuczynski, mientras caminaba cerca de un río limeño llamado Huaycoloro, a nueve kilómetros del Palacio presidencial, que en su desborde arrastró dos camionetas e hizo temblar un puente. Su gobierno suspendió las clases en toda la capital para evitar que los alumnos se expongan a peligros.
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LLUVIAS NO CESAN
Los expertos climatológicos anunciaron que las lluvias continuarían al menos por otras dos semanas y podrían intensificar los daños. Las precipitaciones han afectado unas 14.000 viviendas en más de 700 distritos de todo el país. El comité multisectorial encargado del estudio de El Niño explicó a inicios de marzo que las lluvias en la costa norte del Pacífico se producen por efecto de las altas temperaturas marinas y condiciones atmosféricas favorables. Las precipitaciones ponen en peligro los sectores agrícola, turístico y pesquero.