Lo retaron en el colegio y se fue a vivir al Metro

Un niño autista de 13 años fue dado por desaparecido en Nueva York, pero vivió todo ese tiempo en el Metro de la poblada y frenética ciudad gringa.

Según copuchean nuestros coleguitas del New York Times, el broquita Francisco Hernández Junior padece la enfermedad de Asperger, una variante del autismo que perjudica la habilidad para socializarse y comunicarse con los demás.

Hace unos días, luego que le cantaran la dura en el cole, llamó a su madre diciendo que se iba para la casona, sin embargo decidió esconderse en el subterráneo neoyorquino.

La madre le contestó que ya sabía lo que había sucedido en la escuela, situada en Brooklyn, porque había llamado previamente uno de sus profes.

De camino a su palacete, el niño decidió quedarse escondido en el Metro. Temía la "conversación seria" que le habían prometido al volver a casa.

Con una metrocard (algo así como la bip!) y 11 dólares en el bolsillo, Panchito viajaba en los trenes, recorriendo todas las líneas de arriba abajo, se alimentaba de dulces que compraba en los quioscos y utilizando los baños de las estaciones.

Sus viejos llamaron a la policía y, ante la falta de noticias, decidieron poner a los pocos días unos 2.000 carteles hechos por ellos mismos en las calles y los pasillos del pategoma.

Uno de esos carteles ayudó a un policía a reconocer al chiquilín cuando esperaba el tren en la estación Stillwell Avenue.

Según el poli que lo encontró, Hernández presentaba un estado "sucio y escuálido". Al ser preguntado por su odisea de 11 días sin dar señales, el niño contestó: "Estaba preparado a quedarme en el Metro para siempre".

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