Presidente de Bolivia analizó su gestión a cargo del país altiplánico.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, admitió tener un problema: se ha acostumbrado al poder y no quiere dejarlo.
Morales hizo estas declaraciones al recibir un doctorado "honoris causa" en la Universidad de San Carlos (Usac, pública) de Guatemala. El presidente boliviano visitó este país para asistir este viernes a la XXVI Cumbre Iberoamericana que se celebra en la ciudad de Antigua.
Ataviado con la toga y el birrete doctoral, recordó la lucha sindical y de los pueblos originarios que hace más de doce años lo llevaron al poder, un sitio al que, dijo, se ha "acostumbrado" y ahora "no quiero salir, y ese es el problema que tengo".
La "clave" de su mandato ha sido, a su criterio, la "transparencia, honestidad y responsabilidad con el pueblo" que ha mantenido, lo que le ha permitido conseguir logros como reducir "bastante la pobreza" y ser valorado por los organismos internacionales.
"El Banco Mundial volvió a decir la semana pasada que somos un ejemplo", sostuvo.
"Pero eso no hubiera sido posible sin la nacionalización de los recursos naturales (..), lo que nos ha permitido quedarnos hasta ahora". explicó.
Además de la nacionalización de los recursos naturales y las empresas estratégicas -como el sector de telecomunicaciones- la "redistribución de la riqueza" también fue mencionada por el mandatario como una de las bases de su "éxito".
El Consejo Superior Universitario de la Usac le otorgó la distinción a Morales por su aporte "a la justicia y progreso de la humanidad" además de ser el "ideal ciudadano de lucha por los valores de la ética humanitaria" y su ejemplo "de lucha por soberanía alimentaria, acceso a la educación y a la conservación ambiental".
En un acto solemne que fue adornado por la música de la marimba y un coro indígena infantil del departamento central de Sacatepéquez, la Universidad también reconoció su "lucha para la inclusión de los pueblos originarios", el "especial interés en contribuir con ejecutorias de beneficio social", así como "el apoyo e interés por el pueblo de Guatemala".
Al acto, presidido por el rector de la máxima casa de estudios guatemalteca, acudió la Premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, a quien Morales saludó afectuosamente.