Casi 300 mil personas continúan sin suministro eléctrico debido a las peores tormentas registradas en estados como Texas, Luisiana y Misisipi.
La ola de frío que afecta a Estados Unidos desde el pasado domingo ha dejado ya 47 muertos en todo el país, de ellos una treintena en Texas, el estado más afectado.
Además, uno de los políticos más destacados de Texas, el senador republicano Ted Cruz, se está defendiendo de las críticas, tras ser acusado de abandonar a la población para marcharse con su familia de vacaciones a Cancún.
Las identidades de la mayoría de los fallecidos, según el Washington Post, responsable del recuento, no se han dado a conocer y es posible que no se sepa el número real de víctimas hasta dentro de varios días.
Mientras, las autoridades centran sus esfuerzos en devolver la electricidad a los millones de hogares afectados.
Las principales causas de muerte son los accidentes de tránsito, seguidos de la intoxicación por monóxido de carbono en hogares donde la familia ha trasladado generadores o incluso puesto en marcha vehículos en los garajes para calentarse, tal y como ocurrió el martes en Houston, donde murieron una mujer y su hijo.
Además, al menos 17 personas han fallecido a causa de la exposición al frío.
Emergencia por desastre
En lo que se refiere al suministro eléctrico, hasta hoy todavía hay 185.000 hogares sin energía en el estado de Texas, a los que hay que añadir 73.000 personas que se han quedado sin electricidad en Luisiana y 111.000 en Misisipi.
Sin embargo, los responsables de seguridad han avisado de que aún es posible que se produzcan apagones limitados durante los próximos días.
Dada la gravedad de la situación, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió este pasado fin de semana la declaración de emergencia por desastre para el estado de Texas.
El gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, y el gobernador de Luisiana John Bel Edwards, también han solicitado respectivas declaraciones de emergencia.
Las vacaciones de Ted Cruz
Por su parte, el senador Ted Cruz ha tenido que disculparse por su viaje a México acompañado de su familia, en una decisión que reconoció como "bastante carente de empatía", en una comparecencia realizada a última hora de este jueves y después de que en un principio argumentara que había decidido viajar a Cancún porque sus hijas se lo habían pedido.
"Empecé a tener mis dudas nada más sentarme en el avión. Todos somos padres pero, por otro lado, tengo una responsabilidad con el estado, así que cambié mi vuelo de regreso y volví en el primer vuelo disponible que pude tomar", dijo a la cadena CNN.
"Por supuesto entiendo que la gente esté molesta", añadió.