Durante catorce meses, Gaiyathiri Muruga agredió durante meses a la persona de 24 años que se desempeñaba en su casa. La tragedia vino tras una serie de brutales hechos.
En la ciudad-Estado de Singapur, una mujer de 24 años originaria de Birmania, Piang Ngaih Don, trabajó como empleada doméstica en la casa de la señora Gaiyathiri Murugayan durante catorce meses, pero el vínculo laboral tuvo un final abrupto, desgarrador.
Los abusos físicos fueron la tónica durante todo el tiempo que Piang Ngaih se desempeñó en esa casa: insultos, golpes, patas, violentos sacudones, mechones de pelo arrancados y quemaduras con planchas calientes eran algunas de la prácticas que la empleadora ocupaba contra la oriunda de Birmania.
Y, como si eso no bastara, todas esas crueldades terminaron de la peor forma.
El 26 de julio del 2016, la propia patrona junto a su madre atacaron entre las dos a Ngaih, lo que le provocó una fractura en la garganta y un daño cerebral.
Poco después, murió, tras meses solo durmiendo cinco horas diarias y pesando solo 24 kilos.
La mujer de 41 años, Murugayan, fue arrestada y en febrero del 2021 se declaró culpable de los 28 cargos en su contra, entre los cuales se encontraban homicidio culposo, causar grave daño por inanición y agredir con una sustancia caliente.
Ahora, la exempleadora fue condenada a 30 años de prisión tras confirmarse los cargos en su contra, según consigno Infobae.
Muchas culpas
La Fiscalía había pedido cadena perpetua para la imputada, pero la defensa presentó argumentos con el objetivo de atenuar la pena, entre ellos la prexistencia de un trastorno depresivo mayor y uno obsesivo compulsivo en Murugayan. Además, mencionó la falta de antecedentes penales que tenía la mujer juzgada.
Junto con ello, la parte de Murugayan planteó que algunas de las agresiones de la empleadora habían ocurrido tras negligencias de la víctima en el trabajo; por ejemplo, la señora le quemó el brazo a la mujer de 24 años luego de que esta última dañara unas prendas plancharlas.
"La continua culpabilización a la víctima muestra la falta de arrepentimiento y el interés de eludir la responsabilidad de Gaiyathiri", dijo el fiscal Mohamed Faizal.
Actualmente, el esposo de la condenada, el policía suspendido Kevin Chelvam, enfrenta cinco cargos en el caso por agredir a la Ngaih Don y mentir reiteradas veces a los investigadores.
Por su parte, Prema Naraynasamy, la madre de Gaiyathiri y también involucrada en la muerte de la empleada, tiene cargos pendientes.
El juez See Kee Oon, al dictar la sentencia contra la mujer, calificó los hechos como una "historia impactante", sobre todo por las agresiones que sufrió la víctima durante los 14 meses previos a su muerte
"Las presentaciones de la fiscalía están enmarcadas en términos fuertemente emotivos, pero las palabras no pueden describir adecuadamente la abyecta crueldad de la terrible conducta del acusado", dijo el juez. "Este es sin duda uno de los peores casos de homicidio culposo".