Con solo 28 años, Hayleigh Curtis trabaja como catadora de chocolates en la empresa Cadbury.
Lo insólito es que su lengua está tasada en 1.25 millones de dólares.
La jornada laboral de Hayleigh consiste en degustar chocolate a diario. Pero lo que hace que sus ingresos estén por sobre los de cualquier mortal es que tiene la capacidad de reconocer los ingredientes de cada chocolate con tan solo probarlos.
Lengua protegida
Pero no todo es color de rosa. Es que dentro de su contrato tiene prohibido consumir comidas muy calientes. Y tampoco puede comer ají o comer ciertos tipos de pescado que puedan deteriorar sus papilas gustativas.