Una pareja británica, comenzó a coleccionar restos de comida de famosos desde el 2004 en su cafetería llamada "The Old Boatstore". Así como sin querer queriendo consiguieron tantos que posteriormente instalaron un museo con todos los que habían acumulado y hoy en día es uno de los lugares más excéntricos que se encuentran en Europa.
La colección ubicada en Cornualles, Inglaterra, cuenta con una completa gama de celebridades, como las sobras del príncipe Carlos, de los músicos Steve Swindells y Pete Doherty, pedacitos de lechuga, de choclo, grasa de carne que se pega entre las muelas y mucho más.
Cientos de fanáticos empedernidos han rendido homenaje al santuario de los restos de comida tanto en el mismo museo como a través de internet.
La fascinación por objetos masticados de famosos ha sido bastante común estos últimos años. Por ejemplo, un trozo de pan tostado mordisqueado por Justin Timberlake se vendió por más de $500.000 a través del sitio Ebay, así mismo, se ha vendido un chicle masticado por Britney Spears y una botella de cerveza a medio terminar por Kurt Cobain.
No está lejos el día en que un pedacito de carne devorado por la Geisha o un marisco engullido por Tanza Varela se ofrezcan en alguna vitrina nacional.