Fue una mañana, mientras meditaba sobre los inconvenientes de tener que aguantarse los tacos para ir al trabajo, cuando un hombre oriundo de Alemania llamado Benjamín David decidió tomar una drástica decisión: irse nadando por el río.
Así que una mañana, ataviado con su traje de baño, tomó todas sus cosas y las guardó en una bolsa impermeable. Así se fue a la oficina y, al cachar que le funcionaba, no dejó de hacerlo más.
Aperrado
Todos los días, este determinado trabajador atraviesa nadando 2 kilómetros en un río de Múnich para llegar a su pega. Especialmente en las estaciones más cálidas.
"Aunque mis compañeros se ríen cuando me ven pidiendo un cappuccino en el bar en la mañana vestido con mi traje de baño. Algunos de ellos ya me han acompañado para saber cómo es la experiencia", contó Benjamín a la BBC.
Dependiendo de la temperatura y la corriente, Benjamín varía el traje de baño que se pone. Esta peculiar manera transportarse a su pega causa risas entre los vecinos y saludos ocasionales desde la ribera del río.
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