Los 12 niños y su entrenador atrapados durante 10 días en una cueva en Tailandia fueron dados de alta ayer y revelaron detalles de cómo sobrevinieron en esas condiciones.
El entrenador Ekapol Chantawong contó que, tras un entrenamiento, entraron en la cueva Tham Luan, el sábado 23 pasado, para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, Peerapat Sompiangjai, que cumplía 17, pero una tormenta imprevista anegó partes de la caverna y les cortó la salida.
"Estábamos muy adentro y creció la inundación. Teníamos que nadar para continuar y les pregunté si estaban de acuerdo. La mayoría de ellos sabe nadar, pero algunos no tanto. Muchas veces vamos a nadar luego de jugar fútbol", contó el entrenador, aún en el hospital donde los estabilizaron física y psicológicamente.
Los "13 del milagro" cavaron en busca de un escape para encontrar lugares seguros donde dormir, según contó uno de los niños, y añadió que avanzaron "tres o cuatro metros".
Ekapol indicó que solo tuvieron agua durante los días que pasaron desaparecidos y que bebían de las paredes de la cueva. "Bebimos el agua que caía de las rocas", explicó Pornchai Khamluan, de 15 años
Uno de los menores relató que no notaron el hambre los primeros días, pero pasadas dos jornadas empezaron a sentirse cansados y débiles. No obstante, cada día, animados por el entrenador, hacían algo para buscar una salida y no perder los ánimos.
"Les pedí que rezaran. Traté de apoyar a los niños, pensar en soluciones y buscar agua limpia", dijo el entrenador.
Rescate
El 2 de julio, los buzos británicos John Volanthen y Rick Stanton les encontraron a cuatro kilómetros en el interior de la cueva. "Cuando vimos al buceador, nos sorprendimos, porque no era tailandés", apuntó Adul Sam- On, de 14 años.
Algunos no sabían hablar inglés, y hubo cierta incertidumbre en medio de la alegría.
"Pasó en la tarde. Escuchamos a gente hablando. No sabíamos si era una alucinación. Nos callamos y nos dimos cuenta que era real", apuntó Adul.