Que no todas las cosas son como parecen es la moraleja que puede sacarse de la difusión mundial de una foto en la que el presi gringo, Barack Obama, está con ojos de huevo frito mirándole el queque a una potable morena de pelo ensortijado, antes de una sesión fotográfica de los invitados a la Cumbre del G-8, en París.
Junto con identificar a la causante de la distracción presidencial como Mayara Rodrigues, una lolita brasileña de sólo 17 primaveras, colaboradora de la UNICEF, la prensa internacional difundió ayer otras fotos y un video que exculpan a Obama de una presunta tendencia pedófila y lo eximen de dar explicaciones a su espigada patrona, la buenamoza Michelle.
¡LA ESCALERA!
La cadena de noticias gringa ABC divulgó un video en el que aparece la secuencia completa de la fotografía. El video lo muestra mirando hacia abajo mientras baja un escalón, al tiempo que la garota sube las escaleras.
Sin embargo, la presunta mirada descarada del grone Obama corresponde a parte de un giro en 180 grados para ofrecer su galante mano a otra dama, también morenita, cuando bajaba unos peldaños.
Pero quien sí queda en evidencia, como chaleco de simio, con patente oficial de califa, es el mismísimo presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien con su mano derecha en el mentón se la goza toda mirándole el derrière (trasero) a la bella carioca.
A esta hora el mandatario franchute tiene que estar deshaciéndose en explicaciones a su esposa, la guapa Carla Bruni.
MAYARA ES UNA PROMESA CARIOCA
Mayara Rodrigues Tavares es una crespa de miedo que representa a la UNICEF y vive en la localidad de Santa Cruz, en Río de Janeiro, donde actualmente cursa segundo medio.
El vestido fucsia de la sensual brasileña dejó turnio al picarón presidente francés Nicolas Sarkozy, según una foto que dio vuelta al mundo.
"Es un espectáculo. Qué cosa buena hice yo hace 17 años. Pero no sólo es hermosa, es educada, muy segura y comprometida con el trabajo, que es su sueño", dijo Eduardo, padre de la lola y dirigente vecinal en Barrio Vermelho, en Río de Janerio. Mayara comenzó a ayudarle en el trabajo social comunitario a los 10 años y en 2007 se unió a la Plataforma de Centros Urbanos de UNICEF.