Se juntaron después de que la británica de 21 años llegara a Nueva Zelanda con el objetivo de recorrer. El crimen se dio en vísperas de su cumpleaños.
Fue a finales de noviembre de 2018 cuando una mochilera británica de 21 años, Grace Millane, llegó a Auckland con el objetivo de conocer Nueva Zelanda en profundidad.
La joven tenía la intención de recorrer, buscar aventuras y aprovechar al máximo su estancia en el país insular ubicado en Oceanía, al suroeste del Océano Pacífico.
Sin embargo, sus planes se vieron detenidos con un violento crimen.
El 1 de diciembre de ese año, cuando estaba a solo un día de cumplir sus 22, se reunió con un hombre que conoció a través de Tinder.
Su nombre era Jesse Kempson, tenía 26 años, era de contextura maciza y contaba con otras agresiones en su historial.
De hecho, apenas ocho meses antes, el sujeto había abusado sexualmente de otra turista británica con la que se contactó a través de internet.
No obstante, Millane no tenía conocimiento de aquel episodio y pensó que ese hombre podría ser una compañía para celebrar en las vísperas de su cumpleaños.
La joven fue asesinada por Kempson el 2 de diciembre de 2018, solo unos días después de haber llegado a Auckland.
A seis años de la tragedia, sigue figurado en las redes un video que muestra el momento en que entraron a un hotel, el mismo en el que él efectuó el ataque.
El crimen de Jesse Kempson contra Grace Millane
Se reunieron en las afueras del edificio Sky City, ubicado en el centro de la ciudad, y después se dirigieron al bar Andy’s Burger.
Ahí, las cámaras de seguridad los grabaron conversando y riendo, mientras bebían unos tragos.
Después, cerca de las 19:16, fueron hacia el Mexican Cafe, en donde compartieron dos jarras de margarita y una de sangría, según rescató The Guardian.
Cuando el reloj ya marcaba las 20:30, se movieron hacia el bar Bluestone Room, en donde pidieron más bebestibles y se besaron repetidamente.
En un momento de esa instancia, cuando Millane se alejó de la mesa, las cámaras mostraron que Kempson se puso a revisar lo que llevaba en el interior de su bolso.
Asimismo, según rescató Infobae, en un punto ella le envió un mensaje a una de sus amigas a través de su celular. Ahí, le escribió: “Congeniamos tan bien”.
A eso de las 21:40 salieron del local y cruzaron la calle hacia el hotel CityLife, en donde Kempson vivía.
Las últimas imágenes de la británica con vida fueron tomadas por una cámara de seguridad y corresponden a cuando entraron a la pieza de quien poco después sería su asesino, la cual estaba ubicada en el tercer piso y tenía el número 308.
Según la reconstrucción posterior del caso y los datos de la autopsia, esa noche Kempson asfixió a Millane hasta la muerte, mientras ella trataba de defenderse.
Tras asesinar a la joven, el criminal buscó en internet distintos métodos para deshacerse del cadáver, además de ver pornografía y tomar fotos a su cuerpo.
Esa mañana del 2 de diciembre, la misma en que Millane habría cumplido sus 22 años, Kempson salió de su pieza para comprar una maleta.
Luego, utilizó productos químicos para que la escena del crimen pasara desapercibida y posicionó su cadáver al interior del mencionado equipaje.
Tras salir del hotel CityLife, fue hacia los bosques de Waitakere e hizo una excavación para esconder el cuerpo.
Ese mismo día volvió a salir con otra mujer, una joven de 27 años con formación en la carrera de periodismo que lo calificó como “muy intenso”, según rescató Sky News.
La incomunicación de Millane en el día de su cumpleaños despertó la preocupación de sus familiares y amigos.
Casi una semana después de que se reportara su desaparición y se iniciara la búsqueda, la maleta con el cadáver fue encontrada en la mencionada zona boscosa.
Las investigaciones policiales se centraron en Kempson, quien fue acusado de asesinato.
El veredicto judicial, las palabras de sus padres y el pésame de la entonces primera ministra
Durante el juicio, la defensa aseguró que la muerte de Millane se dio después de que realizaran un juego sexual.
No obstante, ese argumento se vio rechazado con los resultados de la autopsia, que mostraron que ella trató de defenderse de las agresiones.
Tanto ese punto, como las búsquedas de internet, las fotos y el historial previo de violencia que tenía llevaron a que el acusado fuese declarado culpable.
Aquello se tradujo en que el 21 de febrero de 2020 fuese sentenciado a cadena perpetua con un mínimo de 17 años de cárcel.
Además, se le obligó a pagar más de 5.000 dólares al dueño de la habitación en la que vivía, debido a los daños en el interior y la deuda que tenía por el arriendo.
Después de que se informara el veredicto judicial, David y Gillian Millane, los padres de la fallecida víctima, compartieron un comunicado.
“Grace nos fue arrebatada de la manera más brutal hace un año y nuestras vidas han quedado destrozadas (...) Era nuestra luz y la extrañaremos para siempre”, exclamó el primero en representación de ambos.
Por su parte, después de que se conociera el caso en diciembre de 2018, la entonces primera ministra Jacinta Ardern manifestó: “En nombre de Nueva Zelanda quiero pedir disculpas a la familia de Grace. Su hija debió estar segura aquí, y no lo estuvo. Lo lamento”.
Tres años después del juicio, Gillian Millane enfatizó en una entrevista con la BBC: “Grace tenía un futuro tan brillante y se lo quitaron a ella y a nosotros”.
“Nunca veré a Grace en un vestido de novia o veré a los nietos. Esta es una cadena perpetua que tengo. Esto soy yo hasta el día que me muera. Pero hay una luz y la encontré. Tienes que encontrar esa fuerza interior”.