¡Por maldadoso te pasó! Un joven sueco quiso hacer la gracia del año al incendiar una veintena de autos de lujos en un garaje de ventas.
Pasando piolita al lugar, con un polerón y capucha negra, el caco forzó las puertas del garaje pa' poder entrar. Luego, entró y con un bidón de bencina rojo en su mano comenzó a darle rienda suelta a su locura.
Métale echando gasolina a los bólido top, había llegado el momento de culminar su pirómana acción. Sin embargo, allí comenzó el infierno pa'l cabro sueco.
Al encender el fósforo y ponerlo en contacto con la bencina, el pastelito no había cachado que su ropa estaba impregnada con el material líquido. Así que el fuego, al toque, se fue a los autos y a su cuerpo… ¡Plop!
De todos modos, el sueco, a lo bonzo, apretó cachete y viró lo más rápido posible. Tan bien le salió que la policía del país escandinavo aún lo sigue buscando, según Infobae.
REVIVE EL BRÍGIDO MOMENTO DEL SUECO PIRÓMANO
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