Pirula marca Chrysler se declaró en quiebra y firma alianza con Fiat

Chrysler, uno de los gigantes del mundo motor, se vio forzado a declararse en quiebra, por la culpa de un reducido grupo de acreedores, que decidieron dejar de suministrar componentes, lo que obligó al cierre inmediato de varias factorías y el envío a casa de forma temporal de centenares de trabajadores.

El mandatario gringo, Barck Obama acusó a este grupo de provocar la quiebra de la compañía al negarse a aceptar la oferta realizada por el Gobierno para canjear la deuda, pero advirtió que éstos no aprovecharían el proceso en su favor.

"Nadie debería confundirse sobre lo que el proceso de quiebra significa. Este no es una muestra de debilidad sino un paso más en el camino, claramente marcado, de recuperación de Chrysler", afirmó.

Aunque ni la Casa Blanca ni Chrysler han identificado públicamente a esos "especuladores", el periódico Free Press de Detroit dijo que son las sociedades Oppenheimer Funds, Perella Weinberg Partners y Stairway Capital.

Pero la compañía también tuvo una buena noticia, ya que firmó una alianza con la italiana Fiat, la que le permitirá salir de la suspensión de pagos en los próximos 30 ó 60 días.

La firma tiene previsto suspender todas sus actividades de manufacturación el próximo 4 de mayo hasta que salga de la suspensión de pagos.

Mientras tanto, sus principales ejecutivos aseguraron que los concesionarios tienen suficientes automóviles para responder a la demanda de los consumidores. Además el Gobierno de Washington proporcionará 3.300 millones de dólares a la compañía para que pueda seguir operando mientras esté en quiebra. Y una vez que se constituya la nueva Chrysler, las autoridades estadounidenses darán otros 4.700 millones.

Respecto a la alianza con Fiat, la empresa italiana permitirá el uso "de toda su propiedad intelectual" para capitalizar Chrysler a cambio del 20 por ciento del capital de la nueva empresa.

El fabricante italiano tendrá el derecho a hacerse con otro 15 por ciento si Chrysler logra una serie de metas, como la producción de un vehículo en EE.UU. que consuma 40 millas por galón (5,88 litros por cada 100 kilómetros).

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