El dramático episodio se registró en Gales. Ninguno de los vecinos que llegó hasta el lugar pudo detener al perro, que estaba fuera de sí.
Eran casi las cuatro de la tarde del pasado lunes 8 de noviembre, cuando un llamado alertó a un agente de la policía galesa.
Según le decían del otro lado del teléfono, en una casa ubicada en el barrio residencial de Penyrhoel, Caerphilly, un perro había atacado a un niño de apenas 10 años.
No sólo eso: lo había matado.
Todo comenzó cuando Jack Lis, la pequeña víctima, y un amigo jugaban fuera de la casa, hasta que llegó el perro. Un pitbull grande, pesado y fuerte.
Tracey Lawrence, una vecina del sector, luego del terrible ataque, lo describió así:
"La última vez que vi al perro era solo un cachorro pequeño, pero al verlo ayer fue como decir 'Dios mío'".
Cuando el perro se abalanzó sobre Jack, su amigo rápidamente salió en busca de ayuda y recurrió a un vecino que vivía en la misma calle. Pero el hombre no pudo hacer nada. El animal estaba fuera de sí.
Nadie pudo hacer nada. Los vecinos que llegaron apenas pudieron presenciar la trágica escena.
Incluso para la policía se trató de un trabajo difícil: tuvieron que sacrificar al perro, que se negaba a soltar al pequeño. Le tuvieron que disparar siete veces.
El dolor de la familia
Emma Whitfield, madre de Jack, se pronunció tras la pérdida de su hijo con algunas palabras en su cuenta de Facebook:
"Con tanta angustia y antes de que amigos cercanos y familiares vean su nombre en las noticias, tengo que anunciar que nuestro hermoso niño Jack murió de manera tan trágica ayer", escribió.
"No fue nuestro perro ni sucedió en la casa de nuestra familia. Estaba fuera, jugando. Te amamos mucho, nuestro dulce, dulce niño", completó.
En tanto, los agentes de policía confirmaron que el miércoles se detuvo a una mujer, sospechosa de ser la dueña del perro que acabó con la vida de Jack Lis.
Sin embargo, luego fue liberada bajo fianza.