Se calificó el evento como un "retroceso al tiempo de la Conquista" y que "remitía" a las "ferias de esclavos" tras exponerlos como mercancía.
Un polémico desfile de niños en busca de adopción sobre la pasarela de un centro comercial, realizado el martes en Cuiabá (Brasil), causó repudio en la sociedad brasileña.
El desfile de menores llevaba como nombre "Adopción en la pasarela", exhibiéndolos como si fueran mercancía o mascotas. Un evento que indignó por la violación de los derechos infantiles.
El corregidor nacional de Justicia, magistrado Humberto Martins, pidió abrir una investigación y procesar a los responsables en caso de comprobarse la violación de los derechos de los menores.
De acuerdo con la CNJ, el evento en el que menores, en su mayoría adolescentes que nunca fue adoptado, desfilaron ante el público para ganar "visibilidad", fue autorizado por la jueza de Derecho de la Infancia Gleide Bispo Santos y contó con el apoyo de la Comisión de Infancia y Juventud de la OAB en Mato Grosso.
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Critican la exhibición de los niños como si fueran mercancía[/caption]
La Asociación de Jueces para la Democracia (AJD) divulgó un comunicado en el calificó el evento como un "retroceso al tiempo de la Conquista" y que "remitía" a las "ferias de esclavos".
"Hay varias otras formas y campañas para la adopción que no exponen los niños y adolescentes y que nos los vuelven a poner otra vez como víctimas", apuntó la AJD.
La defensa de los acusados
Los organizadores, la OAB de Mato Grosso, y la Asociación Matogrossense de Investigación y Apoyo a la Adopción (Ampara) divulgaron una nota conjunta en la que afirman que el evento "nunca" tuvo como "objetivo" presentar a los menores para que se "concretara su adopción" y que ninguno de ellos fue "obligado" a desfilar.
"Los niños y adolescentes que desfilaron lo hicieron en compañía de sus padrinos o con sus padres adoptivos", añadió el texto de la OAB regional, entidad que regula el ejercicio de la profesión de abogado en el país.
No obstante, para la AJD, el evento se apartó de lo estipulado en el Código del Menor, a pesar de la buena intención de "dar visibilidad a los niños y jóvenes entre cuatro y 17 años aptos para la adopción" y del aval de los propios menores, pero terminó "exponiéndolos" como "mercancía".