El afortunado y veterano diputado del Partido Conservador por el distrito de Montgomeryshire, en Escocia, Glyn Davies, de 71 peras, las estaba viendo verde en las recientes elecciones de Gran Bretaña.
La cosa se le puso peluda y después dura y ruda, ya que no le estaba alcanzando para ganarse otro período más como legislador.
En ese trance, Davies y su partido entraron a luchar voto a voto para conseguir la reelección. Y cuando la cosa estaba empatada, se fueron a los sufragios objetados. Sí, esos mismos en que los votantes colocan frases de miedo o se las dan de artistas obscenos, dibujando "niños", "nepes" o "dildos" de repudió a los políticos.
Y gracias a un clásico dibujito, un pene trazado justo dentro del casillero donde debería estar la cruz con la preferencia del elector, Glyn Davies pudo sentarse en el sillón de legislador una vez más, ya que el Tribunal Electoral consideró que era válido al estar correctamente metido en el casillero.
En su calidad de candidato "erecto", Glyn Davies agradeció a ese o esa votante: "No sé cuál sería su intención, pero estoy muy agradecido", soltó al diario Daily Express.
"Si supiera quién fue, ella o él, se lo agradecería personalmente", agregó el conservador.