Las protestas contra los gobiernos de Medio Oriente están lejos de terminar, si no, que lo digan las autoridades de Libia, Baréin y Yemen, que están pasando por las mismas crisis sufridas en Egipto antes de terminar con la renuncia de Hosni Mubarak.
Las manifestaciones más duras ocurrieron en Libia, donde, según la agencia EFE, en los últimos días de enfrentamientos contra el gobernante Muamar el Gadafi han fallecido más de 14 personas.
La cifra es súper engañosa, pues mientras el gobierno asevera que sólo hay dos muertos, la oposición al oficialismo cuenta en seis los fallecidos.
Pese a la discrepancia en el número de víctimas, lo concreto es que los manifestantes exigen la dimisión de Gadafi, que está apernado en el gobierno desde 1969. Como en todas las otras rebeliones populares, los manifestantes fueron convocados a través de las redes sociales, como Twitter y Facebook, para luchar en el denominado "Día de la Ira".
Por su litro, en Bahréin el gobierno enfrenta las críticas de los siete partidos políticos de oposición, luego que en la plaza Lulu (Perla) cuatro manifestantes murieran a manos, supuestamente, de la policía, que reprimió a sangre y fuego las manifestaciones contra el ejecutivo, liderado por la familia Al Khalifa.
En Yemen las cosas no son diferentes. Un total de 14 manifestantes resultaron heridos la tarde de ayer en la capital Saná, durante una protesta de unas 1.500 personas contra su presidente, Ali Abdalá Saleh, de acuerdo a versiones internacionales.
Los grupos de protestas piden la salida del poder de Ali Abdalá Saleh, presidente desde 1990.
Paralelo a las protestas, el medio francés Europe 1 informó que el ex mandatario tunecino Abidín Ben Ali, derrocado en enero pasado, estaría en coma.