"No confíe en mí, le robaré porque soy un LADRÓN".
Con letras grandes y de color negro sobre un cartel blanco, una madre australiana decidió reformar a su descarriado retoño de la mejor manera posible: haciéndole pasar una vergüenza mayúscula ante sus vecinos y amigos.
La mami del año castigó a su angelito, que no tenía más de 10 años, en el pueblo de Townsville, ciudad de Queensland.
Según consignó el Townsville Bulletin, el menor recibió la humillación de su vida completita, porque además del cartel sapo, la mami le puso orejas del ogro "Shrek".
Varias personas llamaron a servicios sociales al notar que el menor leía una nota y repetía a cada instante "no robaré, no robaré...", mientras tenía la cara roja por la feroz plancha que tuvo que pasar.
La madre, cuyo nombre no fue revelado, se defendió diciendo que esa era la única forma que encontró para enderezar los malos pasos de su querubín.
"Me tocó vivir una vida que la mayoría de las personas no les gustaría ni soñar. Estoy tratando de evitar que mi hijo se vaya por el mismo lado, aunque a mí me haya costado 10 años", soltó la eva al diario canguro Daily Telegraph.
"Yo hice lo mismo que mi hijo cuando era una niña: robar cosas en una tienda. De ahí comencé a robar más artículos porque no tuve una madre que me enseñara lo bueno y lo malo. Me hubiera gustado que cuando yo fui una niña mi mamá me enseñara buenos valores", remachó la reformada señora.
El periódico indicó que al saber que su angelito estaba en malos pasos, trató de buscar orientación familiar, pero el crío siguió tirando las manos en las tiendas.
Luego la abnegada mujer lo llevó a la policía, a los tribunales y hasta las celdas de castigo, pero como nada de eso le dio resultado tomó el toro por las astas e hizo lo que creyó correcto.
Trascendió que el castigo duró al menos una hora y la mami lo hizo pasear con el cartel por las calles del vecindario para al final sentarlo en el banco de un parque.