"Jefeciña" habló con príncipe y Lula se va cabeza en alto

A 24 horas de asumir como presidenta de Brasil, Dilma Rousseff ya tiene clarito lo que hará en sus primeras semanas de pega: Juntarse con la mayoría de los presis de Sudamérica y arreglar asuntos pendientes en la Región.

Pero antes de emprender su gira, tuvo tiempo para charlar largo y tendido con el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, en el Palacio de Planalto, que es la sede del gobierno brasileño.

Tras la reunión siguieron los mandatarios de Uruguay, Corea del Sur y Portugal. También se reunió con el Presi de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, quien salió feliz de la cita al confirmar que la primera embajada de Palestina estará en Brasilia.

Desde el gobierno carioca aseguraron que la primera reunión bilateral estaba acordada con el venezolano Hugo Chávez, pero el mandatario llanero la canceló para irse a su país.

El saliente Luis Ignacio "Lula" Da Silva, quien se fue con un 87% de popularidad del cargo, volvió hasta su casa en San Bernardo del Campo, cerca de Sao Paulo, donde fue homenajeado por un grupo de sindicalistas. "Vuelvo a casa con la cabeza erguida y con la sensación del deber cumplido. Yo necesitaba probar que un metalúrgico podía ejercer la presidencia con más competencia que la elite", señaló.

"Amen a Dilma como me amaron a mí", remachó el ciudadano Lula.

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