Dicen que el que más tiene, es el que menos necesita. Y así lo demuestra un brasilero llamado Marcio Mizael, quien lleva 22 años viviendo en la playa de Barra da Tijuca, en Río de Janeiro (Brasil).
Su historia es asombrosa: se construyó para sí mismo un gigantesco castillo de arena, bajo la cuál vive felizmente. Y no paga ni un solo peso en rentas, según indica el Daily Mail.
Su particular vida se ha transformado en una verdadera atracción turística. Prácticamente, todos sus ingresos los gana posando con los turistas que visitan su castillo para tomarse una selfie con él luciendo una corona. Así no más.
Marcio asegura vivir como verdadero rey, dedicando los días a mantener su castillo, leer libros y jugar en la playa. Lo llaman "el monarca de la playa".
Escultor aficionado
Dice que su vida siempre ha estado ligada al mar y que no imagina un estilo de vida diferente. "Me crié en la Bahía de Guanabara y siempre he vivido en la playa. No debo pagar ningún tipo de cuentas y tengo una buena vida", son sus palabras.
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Sus quehaceres diarios incluyen retocar los detalles y acabados de su fortaleza. Debe regalarla con frecuencia para evitar que su obra pierda su forma y se derrumbe. Siempre le gustó esculpir en arena.
Su vivienda, adyacente al castillo, cuenta con apenas 3 metros cuadrados. Pero ese espacio es más que suficiente para albergar su biblioteca personal.
Declara que la única desventaja es que "la arena retiene todo el calor", de modo que a veces debe dormir en la casa de un amigo. "Pero prefiero estar aquí aun si debo acostarme cerca del mar", asegura.