Con casi un kilo de peso y seis meses de gestación llegó a la vida la bebita "Sofía", en la localidad inglesa de Berkshire. El único problema fue que no llegó en la sala de un hospital, sino en una ambulancia, cuando su mamita sufría contracciones e iba de camino al centro médico.
En pleno viaje, la madre Emily Thomlinson (29) comenzó las inaguantables labores de parto. El paramédico Rob Dalziel, de 37 años y con poca experiencia en recibir bebitos, tuvo que hacerse el macho y recibir el débil feto.
La belleza del alumbramiento terminó rápidamente al notar que la chiquitita necesitaba con urgencia de una incubadora, y que el carro de emergencia no llegaría a tiempo al hospital.
Pese al nerviosismo, el cabro no la pensó dos veces, agarró al neonato y lo metió en una bolsa para eliminar basura y desechos clínicos, y así mantenerla en calor.
"No son las condiciones ideales para ningún bebé que nazca en una ambulancia, y Sofía era tan chiquitita", recordó el avispado paramédico, quien llegó al nosocomio justo a tiempo para salvar a Sofía.
"Ella tuvo un pequeño llanto, pero lo hizo 10 minutos después de que alcanzara el hospital. Estaba muy preocupada de que mi hija no lo lograra", contó la madre.
Tras cinco meses en incubadoras y tratamientos la nena al fin logró conocer su casa y Dalziel fue condecorado por la dirección del centro, todo gracias a su ingeniosa acción.
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