La comunidad científica ha demostrado su preocupación respecto a la creciente actividad sísmica, que podría anticipar un evento mayor en la isla.
Desde el 2 de febrero, la isla de Santorini ha estado viviendo una serie de temblores sísmicos sin precedentes desde 1964, lo que mantiene a las autoridades y a la población local en total alerta.
La situación ha alcanzado un nivel de preocupación internacional, especialmente tras el temblor más fuerte registrado el 10 de febrero, con una magnitud de 5,2, que fue percibido incluso en la capital griega, Atenas, a más de 200 kilómetros de distancia.
La isla, conocida por su belleza, ha visto cómo la actividad sísmica aumenta día tras día, con más de 12.800 temblores detectados en las islas de Santorini y Amorgos entre el 26 de enero y el 8 de febrero, según datos del laboratorio de sismología de la Universidad de Atenas.
La incertidumbre se ha apoderado de la isla, y las autoridades griegas no han tardado en actuar: más de 11.000 personas han sido evacuadas y el servicio de protección civil ha decretado estado de urgencia, lo que llevó al cierre de las escuelas hasta al menos el 13 de febrero.
A pesar de los intentos por calmar a la población, los expertos advierten que este ciclo sísmico podría extenderse durante semanas.

¿Podría haber una erupción volcánica?
Aunque algunos científicos aseguran que no se puede afirmar con certeza que el volcán de Santorini esté a punto de entrar en erupción, en conversación con National Geographic, parte de la comunidad científica demostró su preocupación.
La vulcanóloga submarina Isobel Yeo señaló al medio mencionado que “puede que Santorini no esté a punto de estallar”, sin embargo, explicó que eso no descarta un gran terremoto.
Por su parte, el vulcanólogo David Pyle destacó la posibilidad de un terremoto, señalando que “sigue existiendo la preocupación de que pueda producirse una aceleración hacia un terremoto mucho mayor”
Por otro lado, Amy Donovan, vulcanóloga de la Universidad de Cambridge, enfatizó lo difícil que resulta para los residentes vivir en medio de esta constante incertidumbre, “sobre todo cuando los edificios se desmoronan y la tierra tiembla”.
“Si se agita la cámara de magma, se podría desencadenar una erupción volcánica”, agregó Isobel Yeo, aunque advirtió que eso aún no está ocurriendo, pero es algo que los expertos están vigilando de cerca.