"¡Esto es el colmo!", alegaron indignadas las autoridades de Estocolmo, en Suecia, luego que floreciera el cahuín de que hubo espionaje y filtraciones antes que se comunicara oficialmente la identidad del ganador del Premio Nobel de Literatura 2011.
Las fundadas sospechas agarraron vuelito luego que el nombre del galardonado, el poeta sueco Tomas Transtömer (feliz en la foto), se disparara como favorito en las casas de apuestas pocas horas antes del anuncio oficial del pasado jueves, pese a que antes del supuesto soplo iba reguleque nomás en las preferencias.
"Parece que la información surgió poco antes de que se diera a conocer al ganador", señaló cachudo el fiscal sueco Alf Johansson, de la Unidad Nacional Anticorrupción, quien ahora analiza si hay suficientes evidencias para iniciar una investigación por el eventual dateo que hizo a varios millonarios.
