Sarkozy, ex cumpa de Gaddafi, ahora pide que lo frían

El 10 de diciembre de 2007 lo recibió a toda fiesta en el Palacio del Elíseo. Muammar Gaddafi bajó de una limusina blanca mientras el presidente galo, Nicolas Sarkozy, lo esperaba con la mano extendida y una sonrisa de 10 mil millones de euros.

Eran otros tiempos, cuando el líder libio, que aparentemente tiene ahora acorralados y con los suministros de alimentos y medicinas cortados a los revolucionarios en la ciudad occidental de Zawiyah, era bienvenido porque estaba en París para arreglar la compra de numerosos bienes, pero más que nada juguetes bélicos en las empresas francesas.

Es más, su amigo Sarkozy le permitió instalar a todo lujo su carpa beduina en uno de los más amplios y fastuosos aposentos del Palacio de Marigny, residencia de las visitas ilustres del gobierno francés, como registró el diario español El País, en 2007.

Es más, cuando Rama Yade, secretaria de Estado francesa para los Derechos Humanos, lo llamó "un perdonavidas profesional de los derechos humanos" y que hacía "proselitismo de un islam conquistador", fue citada a la sede de gobierno para que al día siguiente matizara sus declaraciones a los medios.

Peor aún, no integró la comitiva de Sarkozy que viajó un poco después a China.

Si bien no se registraron dichos elogiosos de Sarkozy, sí los hubo de parte de Gaddafi: "Somos amigos muy próximos, cooperamos. Hemos evocado las cuestiones de cooperación entre los dos países, contratos en todos los dominios", confesó el líder libio a los cuatro vientos, lo que puso en letras de molde el sitio www.publico.es, a dos días de la visita.

Esta recepción a todo trapo para Gaddafi la explicó a La Cuarta la cientista política Olga Ulianova, quien dijo que "en ese momento el líder libio era aliado de Occidente en la lucha contra el islamismo extremo y, además, tenía el agregado de ser un país muy rico en petróleo con mucho dinero para la inversión francesa".

Ahora, a más de tres años de tan publicitada amistad, Sarkozy anunció que propondrá a sus socios en la reunión de mañana de los 27 países miembros de la Unión Europea, realizar bombardeos "aéreos selectivos" en Libia e impulsar acciones contra los sistemas de transmisión del comando del coronel Gaddafi, según fuentes gubernamentales, citadas por la agencia ANSA.

Es más, el gobierno que preside Sarkozy se convirtió ayer en el primer país en reconocer a los rebeldes del Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT) como únicos "representantes legítimos" de su país, informó la Presidencia gala.

El reconocimiento fue anunciado tras la reunión entre Sarkozy, y los encargados de asuntos internacionales del CNLT, Mahmud Jibril y Ali Esaui, quienes indicaron a la prensa que el Consejo intercambiará embajadores con Francia.

Así, el Consejo enviará un embajador a París mientras que Francia mandará otro a Bengasi de manera transitoria hasta que pueda instalarse en Trípoli, agregaron.

La explicación para la voltereta de Sarkozy la dio la profesora Ulianova: "Él percibe que Gaddafi es un cadáver político, que va a caer, por lo tanto se abre una estupenda oportunidad para que su país sea el primero en negociar económicamente con los nuevos líderes".

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