Un taiwanés angustiado tras la súbita muerte de su amada, decidió encerrarse en un frigorífico del depósito de cadáveres de Taipei, junto al cuerpo de su novia para esperar a la muerte en su compañía.
El oriental, de quien no se proporcionaron mayores antecedentes, salvo que tiene 41 años, tomó la determinación de acompañar a su pierna suave hasta al otro mundo, luego de que esta muriera el pasado viernes por una sobredosis de pastillas tranquilizantes, al parecer por casualidad.
Todo partió cuando el hombrón llegó hasta la morgue de la capital de Taiwán y, entre gallos y medianoche, se metió en el frigorífico donde estaba el cuerpo de su amada. Miró para un lado y para el otro y, luego de cachar que nadie lo observaba, abrió la puerta y se metió en el depósito.
TEMPERATURA
No obstante, una hora y media más tarde un funcionario se fijó que la temperatura del frigorífico era muy alta y uno de los cierres estaba abierto.
Entonces llamó al gerente, quien abrió la cámara frigorífica y cachó que en vez de un cuerpo había dos. Entonces los empleados comenzaron a reanimar al novio, quien reaccionó casi de inmediato.
Las autoridades del depósito de cadáveres de Taipei prometieron que reforzarán la vigilancia del recinto y no permitirán que los familiares de las víctimas se queden más tiempo del necesario.