No fue por que a algunas jugadoras se les saliera un Pato Yáñez involuntario, o porque el camarín oliera realmente a zoológico o que alguna picota dijera que el el equipo hay puros “paquetes”. No, por eso no se estampó una denuncia contra la selección femenina de fútbol de Irán por, supuestamente, tener a ocho hombres en el cuadro.
La rocha llegó por boca de Mojtabi Shafiri, un dirigente de la Liga de Fútbol Femenino de ese país oriental, quien la tiró sin vaselina a la red Al Arabiya: “Ocho jugadoras han estado formando parte del equipo femenino iraní sin completar operaciones de cambio de sexo”.
Shafiri, quien prefiere no morir de viejo sino de batracio, acusa a la federación de Irán por permitir la situación, y a la misma FIFA, por actuar como cómplice. “Son actos inmorales” afirmó el dirigente iraní.
El tema ya estuvo en la palestra durante la realización del Mundial femenino, cuando la controversia se centró en los controles de sexo que implantó la FIFA para evitar casos como este.