En una votación histórica para los derechos de los homosexuales en Estados Unidos, el Senado gringo aprobó una iniciativa de ley que permitiría al mundo colibrí tomar el fusil con las dos manos sin tener que hacerse el loco con su orientación sexual.
El proyecto de ley en el que se decidió avanzar mandaría para la casa una restricción de 17 años implementada durante el gobierno de Bill Clinton, en la que está prohibido para todo soldado andar deshojando margaritas y ventilando que le gustan las patitas de chancho, por lo que el Presidente Barack Obama calificó la votación como un "histórico paso".
La cámara alta aprobó el avance a favor de derogar la antigua norma por 63 votos contra 33, lo que indicaría que todo está listoco para que la ley llegue al escritorio de Obama a fin de año, que éste le ponga una mosca y a celebrar con champañazo.
A principios de semana, la Cámara de Representantes ya había aprobado una versión igualita por 250 votos contra 74, por lo que el camino aparentemente está pavimentado para que los géiseres se pongan el uniforme y se cuadren firmes.
La derogación de la vieja política anti colibríes significaría que, por primera vez en la historia gringa, los gays podrán ser aceptados abiertamente para integrar las fuerzas armadas y reconocer su orientación sexual, sin temor a que les den el sobre azul sólo por salir del clóset.
Según cifras de organizaciones civiles por los derechos homosexuales, más de 13.500 miembros de las tropas norteamericanas han sido expulsados en virtud de la ley de 1993, que recomendaba implícitamente "no contar y no preguntar" por las preferencias amorosas.
Los republicanos, opositores al gobierno de Obama, habían bloqueado votaciones anteriores sobre el proyecto de ley, pero un estudio publicado por el Pentágono que les da la pasada a los colibríes terminó por darlos vuelta y varios se unieron a los demócratas para apoyar el proyecto.
Obama señaló que la política de obligar a ocultar la orientación sexual socava la seguridad nacional de Estados Unidos y viola "justamente los ideales" que los militares defienden poniendo en riesgo sus vidas. Además, cuando era candidato convirtió la apertura de las fuerzas armadas al mundo homosexual en una promesa de campaña.