Ben, el marido, jura que no le pegaron en la nuca. Angela, la madre, lo considera un milagro. Y los científicos se dan cabezazos contra la pared tratando de entender cómo una pareja de negros pudo tener una hija blanquita y completamente rubia.
Pasó en la localidad de Woolwich, al sur de Londres, en Inglaterra, y ahora todo el mundo trata de averiguar por qué Nmachi Ihgboro ("La belleza de Dios") salió con su piel clarita, clarita, y con el pelito como la Sharon Stone.
Los padres, de origen nigeriano, no tienen antecedentes de algún blanquito en la familia y, según el profesor Bryan Sykes, director de Genética Humana de la Universidad de Oxford, el caso podría producirse entre mulatos, pero never entre negritos bien negritos.
Y aunque no fue en el Hospital de Talca, no faltan los que apuestan a un cambio de bebés en la maternidad.
Pero no es la primera vez que ocurre algo parecido en Gran Bretaña, porque hace cinco años, en Nottingham, Kylie y Remi, ambos mestizos, tuvieron gemelas. Una les salió negrita, como ellos, y la otra, blanca como la leche. Según los médicos, la posibilidad que esto ocurra es una en un millón.
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